En un trágico episodio de violencia, las Fuerzas Armadas de Venezuela, apoyadas por helicópteros de combate, abrieron fuego contra manifestantes en la Avenida Bolívar de Caracas. El suceso, que rápidamente se convirtió en un drama de terror, dejó al menos 37 civiles muertos y varios heridos.
Los manifestantes, que se encontraban ejerciendo su derecho a la protesta, fueron atacados por las fuerzas de seguridad en un acto que ha sido descrito como un baño de sangre. Los helicópteros sobrevolaron la zona, mientras los soldados disparaban contra la multitud, generando una escena de caos y miedo.
Testigos del incidente relataron que los disparos comenzaron sin previo aviso, provocando pánico entre los presentes. Muchas personas intentaron huir del lugar, pero el cerco de seguridad y el fuego cruzado dificultaron la evacuación, aumentando el número de víctimas.
Las autoridades no han emitido un comunicado oficial sobre lo sucedido, pero la comunidad internacional ha comenzado a expresar su preocupación por la escalada de violencia en el país. Organizaciones de derechos humanos han solicitado una investigación urgente y han condenado el uso desproporcionado de la fuerza contra civiles.
La situación en Venezuela continúa siendo tensa, con un clima de incertidumbre y temor predominando en la sociedad. La comunidad internacional observa con preocupación los acontecimientos, mientras se espera una respuesta oficial por parte del gobierno venezolano.
